Qué NO es masonería

La masonería lleva adelante la defensa de tres valores fundamentales: La Libertad, La Igualdad y la Fraternidad.  Si analizamos el concepto de Libertad, por ejemplo, éste destierra la posibilidad de que la masonería fuese una secta porque infunde valores como el libre pensamiento, la libertad de culto y de expresión, y porque además se manifiesta en contra de toda concepción intolerante o vinculada al fanatismo. Es decir que la masonería infunde todo lo contrario a los criterios predominantes dentro de una secta.

En la masonería no se realizan debates de ideologías políticas, de geopolítica o de economía para provocar una influencia directa o indirecta en los gobiernos o en las conducciones de los Estados.

En primer lugar, no puede existir una sociedad secreta inscripta como tal en el registro de asociaciones de un país porque esto está prohibido por la ley como ocurre, por ejemplo, en la Constitución española. Por lo tanto, al estar registrada de acuerdo con los criterios legales imperantes en el mundo, la masonería no lleva esa condición. La confusión surge porque la masonería en ciertos momentos históricos de la humanidad, en los que ha habido gobiernos tiránicos o dictatoriales, ha tenido que adoptar ciertas medidas de precaución apelando entonces a la discreción o a guardar secreto de la actividad. Esta actitud fue con el objetivo de evitar persecuciones a sus integrantes debido a que se opone a toda expresión dogmática o autoritaria.

Tiene criterios opuestos a los dogmas que son la base de las religiones, por lo tanto, de ningún modo lo es. En rigor es la unión de personas que pueden tener individualmente religiones parecidas, diversas, opuestas.  e inclusos de ateos y de agnósticos. Los valores que la masonería lleva adelante están por encima de la fe religiosa que puedan tener o no sus integrantes. 

Por antagonismo a lo descripto anteriormente, por no fomentar la idea de ningún Dios o de alguna fuerza o energía sobrenatural, la masonería no fomenta cultos ligados con el paganismo.

Aun cuando la masonería no conforma una religión como tampoco una secta o un culto pagano, no niega la existencia de Dios. Es decir que la masonería no es atea. Respeta la fe de cada uno de sus integrantes o la ausencia de ella ya que todos ellos están unidos por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.

La masonería no es una corriente filosófica sino que es un ámbito donde se debaten, se analizan y se estudian todos los pensamientos filosóficos en procura de entender y aprender acerca de distintas posiciones del pensamiento a lo largo de la historia de la Humanidad a fin de enriquecer en conocimiento a cada uno de sus integrantes.

La masonería respeta las creencias personales de cada uno de sus integrantes, también a todas las religiones existentes y a sus doctrinas.

En la masonería no tiene lugar la superstición, las creencias mágicas u otras alejadas de la razón y de la ciencia. 

La masonería no tiene como objetivo conformar una estructura empresarial, de realizar negocios, actividades de lobby o de lucro entre sus miembros o con otras personas que no pertenecen a ella.  El objetivo es ayudar filantrópicamente por el bien de la Humanidad y esa labor se realiza permanentemente tanto puertas adentro como hacia afuera en pos de una sociedad cada vez mejor. 

Aun cuando tiene una postura contraria al dogmatismo religioso o político, esto no significa que promulgue el laicismo como una posición propia e institucional, ya que esta conducta va en contra de sus fundamentos más importantes. La confusión surge porque la masonería se posiciona de manera contraria a los dogmas y aparece siempre a favor del libre pensamiento de las personas. 

Si bien la masonería es una organización civil que une a muchas personas y se relaciona con las leyes, derechos y responsabilidades de un Estado, es un lugar que tiene una función mucho más importante que las descriptas, ya que trabaja con objetivos muchos más elevados y trascendentales para la Humanidad.